planes de fin de semana solitario
he conseguido hacer unas impresiones de las diez piezas terminadas en papel de 10x15 cm, tamaño normal de fotografía, demasiado cutre, pero espero que suficiente, espero que no me las tiren a la cara cuando las enseñe. Las reproducciones grandes (24x30cm) las encargo la semana que viene, cuando tenga más piezas, además, terminadas. Supongo que para entonces me quedará sólo una pieza para terminar.
he llegado al pueblo a las 12 de la mañana y me he pasado la mañana perdiendo el tiempo, no tengo ganas de trabajar, nada de nada. Tengo el colchón más grande esperándome para que lo termine de lijar, el corazón pequeño para que le termine de rematar y le añada alguna pieza más, como parche, y las dos almohadas a punto de terminarse, también con un último lijado y cepillado; pero he perdido toda la mañana charlando con Gustavo y con otro más. Ya en casa siento un poco la soledad de este fin de semana largo sin verte, sin olerte y sin caricias, pero es que estoy empezando a acostumbrarme a eso, y no me gusta nada, créeme. Ir a Madrid, para nada, no tengo nada que hacer. Además no habrá nadie en casa de mi padre y no tengo ganas de un fin de semana solo fuera de casa, esta vez no.
el martes tengo que estar en Madrid, me temo, por varias cosas ... a menos que algo falle y sea el miércoles cuando tenga que bajar al final. Realmente para la reunión de la galería, con ir el miércoles por la mañana sería suficiente, pero no sé ... no sólo voy a Madrid por esa razón.
imposible sacar poesía de mi cerebro en estos días, y no sólo por culpa de los nervios que me atacan varias veces al día pero que aplaco con relativa facilidad. Me siento muy extraño, un poco abandonadillo y, para decir la verdad, desconcertado, terriblemente desconcertado. Me parece que me voy a dar un paseo, a tomar el sol un poco más, a que me dé el aire y a, no sé, distraerme y avivar las ganas de trabajar.
mente cansada ... muy cansada.
he llegado al pueblo a las 12 de la mañana y me he pasado la mañana perdiendo el tiempo, no tengo ganas de trabajar, nada de nada. Tengo el colchón más grande esperándome para que lo termine de lijar, el corazón pequeño para que le termine de rematar y le añada alguna pieza más, como parche, y las dos almohadas a punto de terminarse, también con un último lijado y cepillado; pero he perdido toda la mañana charlando con Gustavo y con otro más. Ya en casa siento un poco la soledad de este fin de semana largo sin verte, sin olerte y sin caricias, pero es que estoy empezando a acostumbrarme a eso, y no me gusta nada, créeme. Ir a Madrid, para nada, no tengo nada que hacer. Además no habrá nadie en casa de mi padre y no tengo ganas de un fin de semana solo fuera de casa, esta vez no.
el martes tengo que estar en Madrid, me temo, por varias cosas ... a menos que algo falle y sea el miércoles cuando tenga que bajar al final. Realmente para la reunión de la galería, con ir el miércoles por la mañana sería suficiente, pero no sé ... no sólo voy a Madrid por esa razón.
imposible sacar poesía de mi cerebro en estos días, y no sólo por culpa de los nervios que me atacan varias veces al día pero que aplaco con relativa facilidad. Me siento muy extraño, un poco abandonadillo y, para decir la verdad, desconcertado, terriblemente desconcertado. Me parece que me voy a dar un paseo, a tomar el sol un poco más, a que me dé el aire y a, no sé, distraerme y avivar las ganas de trabajar.
mente cansada ... muy cansada.
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