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have I brain today?

varios grados a estribor ... rumbo al futuro

llevo días sin escribir, la verdad es que no había un motivo aparente para no hacerlo, pero a veces las cosas basta con pensarlas, basta con reflexionarlas para tenerlas claras y actuar en consecuencia. No necesitan recordatorios. A eso yo le llamo decisiones y las decisiones, que se basan, normalmente, en declaraciones de principios, deberían ser inamovibles, son inamovibles, y no hace falta escribirlas.

en el asunto del amor, que es el que me ocupa, ocurre lo mismo. Sólo pretendo tratar aquí el asunto del amor porque es el único por el que ahora merece la pena preocuparse. Entiendo el amor como una relación social en la que dos personas deben resultar transparentes entre sí. Cuando estás enamorado pones a disposición de tu pareja una gran parte de la vulnerabilidad tuya, porque esperas, porque confías, porque piensas que la otra persona va a saber utilizarla para el bien de la pareja de la manera que sea, bien como principio para trabajar en la mejora de una posible carencia, bien para disfrute de las cosas buenas, o lo que sea. Siempre para mejorar el estatus de pareja y poder decir "te quiero" sin que al final resulte ser la palabra fácil y aprendida que hay que decir en esas ocasiones, y para decirla sin dudas. Yo he estado muchos años sin decir esas dos palabras porque realmente no las sentía, así lo hice saber. Mantuve una relación porque había otras cosas que eran razón suficiente, y necesaria, para continuar juntos. Confiaba en ella, me sentía querido, etc, pero no la quería. Eso lo pensaba casi a diario. Pero nunca fui consciente del grado de sufrimiento y de tranquilidad cotidianos que sentía la otra parte, me he dado cuenta muchos años después, después de muchas charlas y después de haber podido observar reacciones y actitudes de aquella persona. Por supuesto, pedí perdón por todo el daño producido en esos años, y se me perdonó porque me sigue teniendo entre sus personas queridas. Hoy en día puedo decir que la quiero como no la quise entonces, y lo hago porque sé que ella me sigue queriendo, aunque ya no somos ni vayamos a ser nunca una pareja, mejor así. La cuestión es que nunca supe querer a aquella persona.

el compromiso en el amor es la confianza en el otro, el estar seguro de que lo que te está contando es verdad, el creer que los planes de futuro que te propone, mirándote a los ojos, con sinceridad, son una realidad y el saber ver que cada paso que se está dando uno es en la dirección correcta. Vamos, que se está trabajando en una relación desde la comprensión de las problemáticas personales de cada una de las partes, que siempre existen.

ayer dije algo que en aquel momento pareció ser una declaración de amor en toda regla, y mi pareja así lo entendió y me lo dijo. Lo que le dije, el cambio de rumbo que había decidido dar a mi vida, que no era un cambio de rumbo exactamente, sino simplemente una reconducción de mis principios de siempre, pareció ilusionarla y hacerla felíz hasta el punto que decidimos ir a celebrarlo con una cena. Fue, aquello que dije, una decisión que ya venía valorando desde la muerte de mi madre en octubre y que ahora debe hacerse realidad porque para que una relación sentimental funcione, para que un futuro pueda ser un hecho, debe existir una estabilidad a muchos niveles. Era verdad todo lo que dije porque mi vida, la mía como individuo autónomo, me pide a gritos una cierta estabilidad personal, un rumbo en definitiva. El rumbo que yo había elegido era correcto, es cierto, pero necesitaría un tiempo muy largo para poder llevarse a cabo, un tiempo del que, sinceramente, no sé si disponía en mis condiciones actuales, y entrañaba una serie de riesgos que en estos momentos no estaba seguro de querer asumir. Por otro lado, esta decisión que vuelvo a tomar, esta decisión que quiero llevar a cabo, es algo que no me desagrada en absoluto, todo lo contrario, el volver a trabajar con chicos, el volver a trabajar colaborando con su formación y educación, es algo que me resulta agradable, y no me importa volver a enfrentarme a todos esos meses de trabajo con tantas cabecitas que piensan y que tienen sus problemáticas personales, a esas tensiones y quebraderos de cabeza que terminan dejándote agotado. No me importa, es más, me apetece. Ayer, mientras se lo contaba a mi pareja, yo no podía contener una sonrisa que no era más que el reflejo de mi ilusión: va a ser bueno, para mí y para todo lo demás.

las realciones sentimentales, como digo, se basan en la mutua confianza, y si confías, respetas, amas, entiendes, apoyas y colaboras por la construcción de algo que es bueno. Se termina el vacío en la vida de uno y se inicia un diálogo en el que no se echan en cara las posibles equivocaciones de cada cual, que son humanas, porque los humanos nos equivocamos y lo hacemos, casi siempre, en la gestión de nuestra propia condición humana. Para construir una relación hace falta siempre una confianza en uno mismo, y paralelamente, confianza en que la relación funciona porque confías que la otra parte de la pareja también está "en lo mismo". Es en ese momento cuando encuentras la tranquilidad necesaria para poder ver las formas de una forma equilibrada, racional, sencilla ... Es en ese momento cuando puedes dejar que el órgano que controla el amor, que es el corazón y no el cerebro, haga su trabajo, y permites que lo haga como sabe: bien. Porque sí, el amor es algo que ocurre de cabeza para abajo, y así debe ser. Dejar paso a lo racional es no conocer cómo funciona el sentimiento. La cabeza sabe bien poco de amor, sólo entiende de economías de esfuerzo, sólo sabe de tantas y tantas cosas que no entienden de amor que, al final, prefieren el ahorro de energías dedicadas a lo abstracto, al sentimiento. La cabeza puede tener las ideas claras, sí, pero la persona, el ser humano, no.

como me dijo alguien en una ocasión: "da ese beso que quieres dar, y dalo ahora mismo, porque mañana, quizá, sea tarde. Ama cuando sientes que quieres amar, y no economices, porque mañana, seguramente, será tarde. Pon solución a los problemas cotidianos en su momento, porque seguramente en otro momento será demasiado tarde". Y habla, habla de forma transparente, sin retorcimientos, sin ocultar la verdad y pide ayuda si no puedes hacerlo solo, que el otro está ahí para comprender, para apoyar, para confiar, porque te ama. Haz sencillo lo que pueda ser realmente sencillo, porque es la única manera de disfrutarlo ...

ama, ama, ama ... y ensancha el alma

Yo, por mi parte, estoy enamorado, e ilusionado, y continuo trabajando en ello.

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