Blogia
have I brain today?

deudas (confesión pública)

Ayer tomé conciencia de lo que es mi realidad, la de verdad.

Ahora, tranquilamente, escribo esto, no sé por qué, quizá como un recordatorio para un futuro incierto, como un pellizco para cuando me olvide del mundo en el que vivo, de la gente de la que estoy rodeado, y de la que me rodearé de aqui en adelante. Es una confesión que hago a estas horas de la mañana, mientras ella está dormida, espero que soñando con dulces sueños: la droga me destrozó el cerebro. La maldita cocaína que un día apareció en mi vida, la gente que me introdujo en ella, los problemas de tiempos pasados, mis experiencias, etc me han hecho llegar aquí, a no haber podido controlar mis emociones ayer y anteayer, y otros días, a sentirme fatal hoy conmigo mismo por haber podido echar por tierra, seguramente, lo más bonito que me ha regalado la vida, o por haberlo hecho definitivamente, no lo sé aún. Ayer tomé conciencia de que soy un enfermo, un enfermo con un mal que no tiene vuelta atrás. Tengo una enfermedad que no se cura y para la que no hay solución ni la habrá mientras yo esté vivo. Desde ayer me dí cuenta de que mi objetivo ya no puede ser el querer ser una persona normal, sino que la realidad me dice que mi objetivo tiene que ser conseguir parecerlo, aprender a vivir todos y cada uno de los días como tal, entendiéndome, conociéndome y controlándome casi en cada momento. Y desear que la gente que me rodee entienda que no miento, que lo tengo que hacer para intentar ser feliz, y que es tarea para todos los momentos de mi vida, a pesar de que esas sustancias dejaron de estar presentes en mi vida desde hace varios años. Mi cerebro está sembrado de cadáveres de neuronas que yo decidí, sin saber nada sobre ello, poner ahí. Yo y sólo yo.

Esta noche he llorado muchísimo, me he despertado con los ojos llenos de agua, varias veces, maldiciendo el día en que me dejé llevar por aquella mierda, reconociendo que desde entonces y hasta el final de mis días éste será el pago de la deuda que tengo para con mi propia vida, que un día me regaló lo que no supe cuidar. Desde anoche empezó una nueva vida, y no precisamente sencilla, desde entonces siento una pequeña presión dentro de mi cerebro, dentro de mi corazón también, que me recuerda cada rato que si lo que tengo entre manos ahora mismo falla, si no funciona, el golpe va a ser definitivo: mis sueños se habrán terminado. Mónica dice que va a estar ahí, ella es así de genial, pero yo pienso que no es justo que me dedique esfuerzos de más, porque posiblemente ahora mismo se arrepiente de haberme conocido. Me dice que no es así y consigue que todo esto se me haga más llevadero. No me miente, lo sé, pero no sabe qué hacer ahora mismo, ¿quién lo sabría?. Sé que me quiere y sé que le duele en el alma lo que hay, le duele y sufre.

Intento ser muy positivo esta mañana, muy realista más bien. Sé que tengo que ocuparme de mí mismo, que tengo que cuidarme cada día a mí mismo si quiero parecer eso que decía antes, pero no deja de ser una tarea complicada, sobre todo cuando me acuerdo del Nacho que dejé atrás, del Nacho que era, del Nacho que ya nunca voy a poder ser, aunque pueda parecer que sí. Pero no pienso dejar de serlo, no pienso dejar de hacer ese trabajo todos y cada uno de los momentos de mi vida porque cuanto más tiempo pase, si lo descuido, más dura será la caída, más sensación de fracaso tendré encima y menos sentido tendrá seguir adelante. Y no habré saldado mi deuda con la vida, no me la habré ganado.

Haber decidido dejarlo era la solución, pero el mal estaba ya hecho, y tengo que reconocer que, efectivamente, he sido un tío con suerte. Ya sabía que hay gente que aún habiendo dejado las drogas, pierde el rumbo y las riendas de su vida en un momento determiando, su vida y lo que esté haciendo pierde el sentido totalmente, y deciden terminar con todo. Yo, desde hace algún tiempo, sé que no quiero terminar así y sé lo que tengo que hacer para que eso no ocurra, estoy en ello, con mis altibajos, pero estoy en ello. Lo demás no me importa. Me dedico a lo que me dedico, al arte, porque sé que es mi sitio en el mundo, el hueco que encontré, en el que encajaba al cien por cien con mis ilusiones. Desde que me dí cuenta de ello mi ánimo fue ascendiendo, me sentía fenomenal conmigo mismo y pensaba que era sólo porque ese era el destino que me impulsaba, sólo tenía que escucharlo y eso había hecho, la vida era maravillosa otra vez. Hoy, bueno, desde ayer, me dí cuenta de que además de eso, no tengo otro remedio que escuchar ese destino, porque otros tipos de vida más convencionales, que en otro tiempo hubiera podido echarme a la espalda sin gran esfuerzo, no son mi sitio, no podría sobrellevarlos ni con todo el esfuerzo del mundo, me dejarían muy maltrecho, significarían un reloj que descuenta el tiempo y que sería el único testigo del final más duro que puede existir.

Hoy ya no quiero llorar. Hoy quiero seguir pudiendo trabajar, como hice hasta ahora y durante mucho tiempo, por una vida mejor; por un Nacho natural, consciente de sus limitaciones, capaz de disfrutar a tope de lo que la vida le regala, capaz de amar y de dejarse amar por alguien. Estoy firmemente decidido a seguir trabajando por ello. Y ahora aprendí que la guardia no se baja jamás, nunca, ni cuando uno piensa que las cosas van bien, ni aunque lo parezca o así sea, nunca. Hoy decido que quiero seguir al lado de Mónica porque ella me dice que quiere seguir a mi lado, porque la quiero y porque, como he dicho, es lo mejor que me ha pasado en mi vida. No puedo dejar que se desmorone como un castillo de arena frente a las olas, no puedo tirar la toalla, ahora no. Pero si ella siente esta carga demasiado pesada no la obligaré a que la acarree sin necesidad, no es justo, porque no es lo que ella pretendía encontrar en mí cuando me conoció. No dejo de recordar ese primer beso cuando salió del taxi, ni los del Reina Sofía ... y se me parte el corazón. Pero esa es mi deuda, la que debo pagar. Me hizo dejar de tener miedo, bajé la guardia, algo me golpeó en la cara y ya no supe dónde estaba. Ni siquiera lo ví venir. Casi K.O. ...

Sé que la vida volverá a sonreir, sé que muchos de vosotros comprenderéis la situación actual de este Nacho, su estado actual. Sé que algunos lo tendréis en cuenta y querréis seguir ahí, cuidándome como hasta ahora, así de bien, como lo habéis hecho, y os estoy eternamente agradecido por ello. A otros, que posiblemente no entendíais muchas cosas, esto que os cuento hoy, que como dije, es una confesión, os ha aclarado muchas de mis reacciones y sentimientos tan incomprensibles entonces; podéis no querer seguir mezclados con complicaciones. No os lo puedo echar en cara ni lo haré porque en mi sano juicio posiblemente yo tampoco lo haría. También os agradezco a vosotros, eternamente, todo el esfuerzo por quererme que habéis demostrado en estos años. Yo, como dije, sigo firme en mi decisión de seguir adelante, con todas mis fuerzas, y me apoyaré en todo lo que tenga alrededor con tal de no caer, no dejaré de creer que Nacho es un tío cojonudo, inteligente, creativo ... un artista. No lo voy a dejar de hacer, con vosotros a mi lado o sin vosotros, lo haré por mí, y para vosotros ... como todo que pinto, como todo lo que hago cada día. Honestamente y con dos cojones, como casi siempre.

No sé decir más ... hacía casi dos años que no me encontraba así.

0 comentarios