reglas del juego
Hoy me he dejado el mal rollo en El Retiro.
He ido a no-pensar y, por no-pensar, no he pensado ni un solo minuto porque a eso iba. Me he metido entre la gente de las percusiones, me he comprado un colgante con una mano, "la de la fuerza" me han dicho que era. Bien, me ha parecido bien y he pagado los 4 que me pedían ... y he seguido metiéndome entre la gente, sin darme cuenta ni de por donde iba. Tampoco sabía por donde iba el tío negro que me ha pegado una enorme patada en el culo. No me ha hecho daño, nos hemos mirado, nos hemos reído y nos hemos saludado entre las risas pidiéndonos disculpas. La verdad es que ni me he dado cuenta y me he metido en medio de un círculo de personas que estaban peloteando entre sí con un balón de fútbol, he visto que el balón llegaba volando hacia mí y he pensado: remato. Supongo que lo mismo había pensado el otro y ... en fín, yo iba pensando en el colgante que me acababa de comprar.
He salido del Retiro, despacio.
En una calle me he cruzado con una chica muy guapa que al pasar a mi altura ha levantado la vista. Por alguna razón, llevaba la cara de Mónica ... o se la he puesto yo, ya ni sé. Llevaba cara seria, mal rollo: preocupada. Enseguida me ha dado por pensar en el patadón del negro, de nuevo, en las risas y en ese momento se me ha ocurrido que cuando la gente se cruza en la calle, como en la vida, es siempre el que mejor rollo tiene el que pone la sonrisa al otro y es posible que este primero esté intentando levantar el ánimo de la otra persona.
La pregunta decía "¿qué has hecho hoy para mejorar tu vida?", pero desde ahora me la voy a plantear como "¿qué es, de todo, lo mejor que has hecho para mejorar tu vida hoy?". Hay diferencias de matices muy importantes.
Normalmente la gente ni se sonríe por la calle entre sí. A mí me arranca una sonrisa, por ejemplo, cuando un niño pequeño que va por la calle, distraído, se enreda con mis piernas. Siempre le sujeto la cabeza.
Yo también necesito un cierto tiempo para poder adaptarme a la forma de ser de las personas, igual que ellas a mí. Lo justo es dárselo entre sí, pienso. Y tomarse las cosas con calma, y eso digo a partir de ayer. No es nada fácil, pero tampoco es imposible, sino todo contrario. Sólo tiempo, tiempo para poder conseguirlo.
He ido a no-pensar y, por no-pensar, no he pensado ni un solo minuto porque a eso iba. Me he metido entre la gente de las percusiones, me he comprado un colgante con una mano, "la de la fuerza" me han dicho que era. Bien, me ha parecido bien y he pagado los 4 que me pedían ... y he seguido metiéndome entre la gente, sin darme cuenta ni de por donde iba. Tampoco sabía por donde iba el tío negro que me ha pegado una enorme patada en el culo. No me ha hecho daño, nos hemos mirado, nos hemos reído y nos hemos saludado entre las risas pidiéndonos disculpas. La verdad es que ni me he dado cuenta y me he metido en medio de un círculo de personas que estaban peloteando entre sí con un balón de fútbol, he visto que el balón llegaba volando hacia mí y he pensado: remato. Supongo que lo mismo había pensado el otro y ... en fín, yo iba pensando en el colgante que me acababa de comprar.
He salido del Retiro, despacio.
En una calle me he cruzado con una chica muy guapa que al pasar a mi altura ha levantado la vista. Por alguna razón, llevaba la cara de Mónica ... o se la he puesto yo, ya ni sé. Llevaba cara seria, mal rollo: preocupada. Enseguida me ha dado por pensar en el patadón del negro, de nuevo, en las risas y en ese momento se me ha ocurrido que cuando la gente se cruza en la calle, como en la vida, es siempre el que mejor rollo tiene el que pone la sonrisa al otro y es posible que este primero esté intentando levantar el ánimo de la otra persona.
La pregunta decía "¿qué has hecho hoy para mejorar tu vida?", pero desde ahora me la voy a plantear como "¿qué es, de todo, lo mejor que has hecho para mejorar tu vida hoy?". Hay diferencias de matices muy importantes.
Normalmente la gente ni se sonríe por la calle entre sí. A mí me arranca una sonrisa, por ejemplo, cuando un niño pequeño que va por la calle, distraído, se enreda con mis piernas. Siempre le sujeto la cabeza.
Yo también necesito un cierto tiempo para poder adaptarme a la forma de ser de las personas, igual que ellas a mí. Lo justo es dárselo entre sí, pienso. Y tomarse las cosas con calma, y eso digo a partir de ayer. No es nada fácil, pero tampoco es imposible, sino todo contrario. Sólo tiempo, tiempo para poder conseguirlo.
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