2 de enero ... resaca en el campo
Primera excursión del año 2005, a ver el molino que había construído un hombre del que desconocemos su historia.A 7 u 8 kilómetros del pueblo en el que vivo.
Esta vez, sólo Julio y yo. Ha sido una excursión suave, más bien un paseo por el monte. Todo pista.
No hay problema alguno con las pistas forestales, pero prefiero los senderos. Más salvajes. En las pistas es fácil encontrarse a algún otro caminando o, lo que es peor, algún todo terreno lleno de ciudadanitos buscando algo de aventura para contar mañana en sus oficinas, con el coche lleno de barro de los charcos, claro. En la zona esta no gusta nada ese tipo de gente, no cuidan el campo en absoluto porque mañana no tienen que verlo, ni tienen por qué volver nunca más. A mí me dan igual que vengan, porque sé que no se atreverían nunca a llegar a los lugares que llegamos nosotros, que no serían capaces de andar cinco horas, de vadear ríos o de bajarse una ladera por la nieve. Sé que nunca podrán acceder a algunos de los sitios que conocemos. Se mancharían sus ropas preciosas de última moda montañera. Todos llevan equipaciones muy buenas, eso sí, para el frío que no sienten porque dentro de sus coches la calefacción funciona de maravilla (supongo que las calefacciones de esos todo-terrenos de 25.000 funcionan de maravilla ...).
No habría ningún problema con esa gente si no fuera porque después, muchas veces, los encuentras en algún bar del pueblo más cercano alardeando de no sé qué, intentando demostrar que ellos son "gente de campo". Me parto. A veces te miran con un poco de condescendencia, como pensando que eres un pobre diablo que no tiene ningún coche para ir por el campo. ¿Ves? nunca podrían entender, meter en sus cerebros endurecidos, que hay gente a la que nos gusta caminar porque sí, que disfrutamos, después de las horas de jornada, cuando nos sentímos agotados delante de la taza de café que nos estamos tomando en ese mismo bar. Tampoco entienden que la ducha que nos vamos a dar esa noche, cuando lleguemos a casa, nos sabrá a gloria ni que la jornada nos ha servido para ampliar un poco más el archivo de imágenes del mundo que alguno de nosotros estamos haciendo, posiblemente para que a él o a otro les sea útil dentro de unos años. No entienden nada, creo, si no esos comentarios no se oirían nunca. Pero bueno, es un problema que no me atañe en absoluto.
Llevo dos días en los que las celebraciones me han llevado a salir más de la cuenta, pero gracias a eso he conocido algunos sitios interesantes en donde comer o tomar algo en esta sierra. Hay pueblos preciosos que la gente desprecia por la poca calidad de sus fiestas municipales, qué tontería. Pero aquí nadie vende ninguna casa, parece que no les interesa que la gente viva aquí. En cierto modo tienen razón, y es de comprender que a ellos, a los ayuntamientos, les interesa gente que viva a diario en el pueblo, no chalets de fin de semana. Lo que buscan es revivir unos pueblos que, cada día más, lejos de mantener su espíritu rústico, se están convirtiendo a pasos agigantados en productos publicitarios. El asqueroso turismo rural, máximo exponente del "dominguero", no trae beneficios más que económicos. Sólo interesa al dueño de los establecimientos que ofrecen esos servicios, pero al pueblo, realmente no sé si le beneficia. La gente que he conocido que hace turismo rural ve las cosas como desde un escaparate, no se mezcla con el entorno, no se mancha ni suda. Suelen venir en grupos, gente joven muchas veces, y montan alguna fiesta por las noches. Otras veces son familias, pero esas son bastante más tranquilas. Pero lo que es común a casi todos es que piensan que el lugar en el que se encuentran es algo así como un sueño, nunca se imaginaban que hubiera gente en el año 2005 cuya vida dependiese de lo que produce el campo, que estuvieran pensando en cosechas o en ganado, que vivieran en casas sin comodidades prácticamente o que vivieran en núcleos de población de menos de veinte habitantes ... Piensan que eso sólo sale en la televisión y que siempre está demasiado lejos de donde ellos viven. Para muchos de ellos esto es como estar dentro de una película de aventuras. Pero la aventura no creo que sea así, la verdad. No obstante yo no suelo opinar sobre estas cosas porque cada uno vive su aventura como le da la gana, yo también.
0 comentarios