noche amarga
semana perra, para tí y para mí. Lo sé. Agotados, desorientados, se nos fue la cabeza. Todo eso nos gastó las fuerzas. Tempestad y después la calma. Ahora, sólo desolados. No quiero saber que estás llorando, aunque a veces a mí el cuerpo también me lo pida; o romper, o saltar y gritar. Como una pequeña, te oigo sollozando al otro lado del cable, pido que vengas para llenar de calor y caricias, una noche, este campo de batalla, que hoy combatas en mis tierras, que ya no paran de echar de menos, que solamente desean. Quiero saber que no habrá más lágrimas, ni por tu vida ni por la nuestra.
¡Ríe, por favor! y dispara estrellas ...
¡Ríe, por favor! y dispara estrellas ...
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